Traducción Pola Mejía Reiss
» Veía en este sueño al profesor Freud con una fuerte depresión anímica, deambulando en un parque. El profesor Freud del sueño se parecía al verdadero Freud, aunque tenía un rostro más alargado y más rollizo. La depresión del profesor Freud se debía a que padecía del pensamiento obsesivo (Zwangsgedanke) de que tenía que matarme. Este pensamiento de Freud no me resultaba agradable, pero no sentía yo ningún miedo en particular. Sobre todo quería que se prestara a una conversación conmigo y que aceptara su intención de asesinato. A pesar de que el profesor Freud intenta esquivarme, sí se llega a una plática con él. De mala gana admite su intención de asesinato. Ambos comenzamos a cantar una canción religiosa judía. Yo digo que nunca antes había escuchado una canción tan bella, y exclamo: “¡No hay nada más bello que la música!” Después, el profesor Freud comienza a hacerme reproches porque no soy o no fui lo suficientemente estudioso. Me siento algo avergonzado y me justifico diciendo que en el estudio también puede hacerse trampa. Digo que se podría decir que estaba uno aprendiendo [gelehrnt] [1] palabras (obviamente extranjeras), a pesar de que este no fuera el caso. Después digo al profesor Freud que me doy cuenta de que “mi método” es equivocado y que el suyo es correcto.
Comienzo a explicarle por qué mi método es equivocado, pero pronto me interrumpe el profesor Freud y me dice que quiero demostrarle que mi método es falso pero que él se da cuenta, justo ahora, de que tengo razón, y que mi método es el correcto. Entonces, despierto.
Ocurrencias
1) La canción en el sueño es, por lo visto, el canto fúnebre judío de la ópera “Nabucco” que, efectivamente, considero de los cantos más bellos que he escuchado.
2) El deambular en el parque me recuerda al profesor Bering a quien vi pasear fuertemente deprimido en el jardín, en el sanatorio en Munich (el origen era, supuestamente, su matrimonio con una mujer muchos años más joven).
3) La negativa del profesor Freud de hablar conmigo me recuerda la negativa del profesor Kräplin de darme un consejo.
[1] [N. de T.] En alemán la palabra gelehrnt no existe. O es gelernt o es gelehrt. El primer verbo: aprender, el segundo: enseñar. La “falta” de ortografía condensa aprender y enseñar: lernen y lehren.
* Agradecemos a Sofía Porcires el poder disponer de este archivo. En: Sigmund Freud Collection.Sergius Pankejeff Papers, Additions 1935-1979, Box 4, LOC.
Deutsche Oper Berlin – Va, pensiero Gefangenenchor (Nabucco) 2013
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