Analizarse con Lacan

Actividad previa: El caso y el testimonio en psicoanálisis

15 de octubre de 2022, de 9 a 12.30 hs. y de 14.30 a 17.30 hs.

 Analizarse con Lacan

6 de mayo de 2023, de 9 a 12.30 hs. y de 14.30 a 17.30 hs.

HOTEL IBIS,  La Cumparsita 1473,  Montevideo

La Factoría

José Assandri, Paola Behetti,

Ana María Fernández, Mariana Marques Moraes,

Marcelo Novas, Adrián Villalba

 

 
Yo escucho, y no soy quién para juzgar la virtud de esas vidas
que desde hace casi cuatro septenarios escucho confesarse ante mí.
[…] En ese lugar que ocupo y donde deseo que termine de consumirse mi vida,
eso seguirá palpitando después de mí, creo,
como un desecho en el lugar que habré ocupado.
 
Jacques Lacan, Discurso a los católicos (1960)

Con la aspiración, o la premura de difundir su método, Sigmund Freud hizo públicos varios de sus casos que se han llamado “historiales”. Jacques Lacan inauguró la práctica de someter esos textos a la “disciplina del comentario”, afirmando que el modo en el que había escrito Freud, permitía hacer lecturas novedosas. Algunos de los que fueron pacientes de Freud, plantearon sus diferencias con lo que él había escrito. En particular, la llamada joven homosexual y aquel conocido como el Hombre de los lobos, contradijeron a su analista abriendo así otras vías de lectura y nuevas interrogantes, desarrollos lejanos a las intenciones de Freud [1].

Lacan, desde otra posición, escogió no hacer público lo que sucedía con los que se analizaban con él. Esto no impidió que algunos llegaran a decir sobre lo que había ocurrido en esos análisis. Grosso modo, esos decires se pueden dividir en dos grupos. El primero, bajo el modo de ocurrencias, hicieron saber sobre dichos o actos de Lacan. Trasmitidas de boca a oreja, sin el nombre de quien lo dijo, podrían resultar una vista panorámica de Lacan en su ejercicio analítico. La otra modalidad adquirió el formato de libros, publicados con nombre y apellido, donde el relato en extensión podría ofrecer más detalladamente lo que sucedía en el consultorio de Lacan. A diferencia de lo que ha ocurrido con Freud, escasamente algunos pocos se han ocupado de esos dichos y textos. ¿Acaso lo que allí se dice no tiene relación con lo que Lacan exploraba y afirmaba públicamente sobre el análisis? ¿Esos dichos y textos, darían alguna otra luz para leer sus seminarios y sus escritos? ¿Habría un temor, o incluso un pacto silencioso que impide leer e interrogarse sobre esos relatos, como si eso tocara de modo indeseado lo dicho y escrito por Lacan? ¿Acaso esto se relaciona con el hecho de que el ejercicio analítico de Lacan fue controvertido y rechazado durante mucho tiempo, en especial, sus sesiones cortas y puntuadas?

Las ocurrencias de Lacan fueron recogidas por Jean Allouch en cuatro versiones, y su número fue aumentando a medida que pasaba el tiempo. La primera edición de 1988, siete años después de muerto Lacan, constaba de 132. La última, del año 2009, elevó su número a 543. En la medida en que fueron recogidas bajo la modalidad del “se dice”, casi al modo del chiste, a medio camino entre la verdad y la tontería, es el lector quien debe decidir qué importancia le da a cada una de ellas, qué lugar llegarían a ocupar en los recorridos que cada uno pueda hacer de los seminarios y los escritos de Lacan. Mientras que, para algunos, allí podrían encontrarse enseñanzas, para otros, esas ocurrencias no merecen la atención, seriamente.  Una temporada con Lacan, Pierre Rey (1989), Jacques Lacan, calle de Lille N°5, Jean-Luc Godin (1990), El loro y el doctor (1998) y Lacan ainda (2021) de Betty Milan, El día que Lacan me adoptó. Mi análisis con Lacan, Gérard Haddad (2002), con estos libros, la mayoría presentados con la etiqueta de novelas, corresponde en primer término, preguntarse por el carácter de esos relatos. La inclusión del nombre “Lacan” determina claramente el público al que apuntaban: aquellos que se han interesado por su recorrido. Godin señaló que algunos, por asistir al consultorio de Lacan, creían volverse miembros de un club, accionistas de una sociedad o propietarios de una parcela (p. 91). En la medida en que pagaban, y caro, atentos a que la cotización no paraba de subir en cierta época, suponían que tenían derecho a percibir dividendos (p. 115). Para esos, Lacan era de su propiedad y formaban parte de algo que bien podría llamarse Lacan Srl. La publicación de esos libros ¿sería una nueva forma de cobrar dividendos?

Lacan sabía que había dado lugar a un “fenómeno” [2], a tal punto, que una de sus ocurrencias más célebres fue que, cuando alguien lo interpeló por teléfono “Hola… ¿Lacan?”, respondió “Claro que no.” Maltratado e idealizado, entre otros, por la historiadora Elizabeth Roudinesco o por quien fuera su yerno, Jacques-Alain Miller, han surgido distintas imágenes de Lacan con el paso del tiempo. No tendría sentido ir a la búsqueda de una imagen “verdadera” de Lacan. Y, además, conviene tomar nota de que lo que sucedió alrededor suyo es irrepetible, a no ser en burdas imitaciones fuera de tiempo y lugar. Tal vez convenga plantearse la existencia de una Zona Lacan [3]. Entre su consultorio, su seminario y las presentaciones de enfermos, allí sucedían cosas que no sucedían en otros lados, porque estaba Lacan o porque eran lugares que él frecuentaba [4]. Es necesario tener en cuenta esta trama para poder plantearse otras interrogantes sobre lo que escribieron los autores de estos cuatro libros. ¿Ellos se analizaban en comunidad? ¿Qué efectos pudo tener en estos análisis la obra pública de Lacan? ¿Qué empujó la escritura de estos libros? ¿Se trataría de la escritura de “novelas transferenciales”? ¿Pueden ser leídos como testimonios de análisis? Como testimonios, ¿implicarían un tiempo distinto al del análisis? ¿Qué particularidad tiene ser testigo y parte de un asunto? ¿Es posible evitar las “trampas” del yo en estos textos? ¿Qué juegos de verdad producen? Hablar sobre estos libros, ¿nos vuelve testigos indirectos de esos análisis? Y, último, pero no menos importante, ¿estos libros, como lo plantea Haddad, deberían leerse como un testimonio de pase?

Bibliografía:

Agamben, G., Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo, Pretextos, Valencia, 2010.

Allouch, J., Hola … ¿Lacan? Claro que no, Epeele, México, 2005.

Allouch, J. El amor Lacan. Cuenco de plata. Bs. As., 2011

Aragón González, L., “El testimonio y sus aporías”. Escritura e ImagenExtra, 295-311. https://doi.org/10.5209/rev_ESIM.2011.37740

Attal, J., El pase, ¿a título de qué?, traducción Susana Bercovich, me cayó el veinte, México, 2012.

Derrida, J., “Poétique et politique du témoignage”. Carnets de L´Herne, Paris, 2005. Disponible en: https://joaocamillopenna.files.wordpress.com/2015/03/derrida-poc3a9tique-et-politique-du-tc3a9moignage.pdf. Próximamente, traducción de Marcelo Novas.

Derrida, J., “Hablar por el otro”. Diario de Poesía. Buenos Aires, n° 39, 1996.

Díaz Álvarez, E., La palabra que aparece. El testimonio como acto de supervivencia, Anagrama, 2021, México.

Felman, S., Testimonio. Crisis del testigo en la literatura, la historia y el psicoanálisis, traducción Susana Cella, Mármol Izquierdo, México, 2019. 

Godin, J-L., Jacques Lacan, calle de Lille N°5, traducción Víctor Goldstein, Ediciones de la flor, Buenos Aires, 1990.

Godin, J-L., “Une présence faite d’absence”, 2012. 

Freud, S., “Análisis terminable interminable”. Obras Completas Vol. XXIII. pp. 211-291, Amorrortu Ed., Bs. As., 1937 (1991).

Haddad, G., El día que Lacan me adoptó. Mi análisis con Lacan, traducción Jacques Algassi, Letra Viva, Bs. As., 2006 (2007). 

Lacan, J. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela”, traducción de Gabriela Esperanza, en Otros escritos, Paidós, 2012, Buenos Aires.

Lacan, J., “Discurso en la Escuela Freudiana de París”, traducción de Gabriela Esperanza, en Otros escritos, Paidós, 2012, Buenos Aires.

Lacan, J., “El fenómeno lacaniano”, Entrevista de la revista Panorama, 21 de diciembre de 1974. Disponible en: https://psicoanalisislacaniano.com/jacques-lacan-entrevista-por-la-revista-panorama-1974-12-21/

Le Gaufey, G. El caso en psicoanálisis. Ensayo sobre epistemología clínica, traducción de Silvio Mattoni, Ediciones literales, ELP, 2021, Córdoba. 

Milan, B., El loro y el doctor, traducción del francés Alicia Dujovne Ortiz, Homo Sapiens, Rosario, 1998.

Milan, B., O papagaio e o Doutor, Record, Rio de Janeiro, 1998, (segunda versión).

Milan, B., Goodbye Doctor. Disponible en: https://www.bettymilan.com.br/wp-content/uploads/2016/04/goodbydoctor.pdf

Milan, B., Lacan ainda. Testemunho de uma análise. Zahar, Rio de Janeiro.2021.

Rey, P., Una temporada con Lacan, traducción Luciano Padilla, Letra viva, Buenos Aires, 1989.

Rosset, C., En aquellos tiempos, Libros de artefacto, México, 1993.

Viltard, M., “Los públicos de Freud”, Opacidades 8, Buenos Aires, 2014.

Filmografía:

Ledes, R.C. (2021). Adieu Lacan.  Good soup media.

***

[1] En Con piel de lobo. Cien años de historia de una neurosis infantil, (Escolios ediciones numeradas, 2019) hemos tomado nota de esto respecto a Sergei Pankejeff.

[2] Véase “El fenómeno lacaniano”, entrevista realizada por la revista Panorama a Lacan.

[3] Al modo de la Zona de la película Stalker de Andréi Tarkovsky, donde para llegar a la habitación de los deseos es necesario un guía (un stalker o acechador), porque allí sucedían cosas sin explicación evidente, se podría pasar por los mismos lugares sin caer en la cuenta de la repetición.

[4] El testimonio de Clément Rosset es claro en ese sentido: pretendiendo asistir a un seminario de Lacan, se encontró que él no estaba, pero sí sus analizantes, sus alumnos o discípulos. Ellos necesitaban estar allí, aunque Lacan no estuviera, asunto que asombró al filósofo. (pp. 43-44).

 

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